El reino de mi mundo

domingo, 13 de mayo de 2018

falta envido y truco



(Un juego bien mañero. Bien argentino y bien amistero).




Muerdo el anzuelo y vuelvo a empezar de nuevo cada vez, tengo en la mano la carta para empezar el juego cuando quieras...

                                                                                                                                                       (Los Abuelos de la Nada - Costumbres Argentinas)



Como de costumbre nos juntamos a jugar al truco. Un juego tan mañoso, que hasta llegue a creer que era invento del mismísimo mandinga, como manera de burlarse del todo poderoso. Un viernes a las diez de la noche. Lluvioso por cierto. Éramos los cuatro de siempre. El gaita, el chino,  el negro y su servidor aquí presente el pelado. Todos apodos. No nos gustaba llamarnos por el nombre. Es más nos parecía insulso. Por eso optábamos por un seudónimo que manifestara nuestra apariencia física, raza, etnia o nacionalidad.

La casa del negro siempre fue y será nuestro refugio íntimo para la actividad lúdica. Ni bien llego saludo a la banda que desde temprano estaban usurpando la casa del Negro.

 - ¿Gente cómo andan? -

 - Que hace pela - El negro.

 - Che negro abrite una helada! (cerveza fría)

El negro se fue a la heladera, en el freezer guardaba el arsenal de cerveza de raíz. No éramos grandes bebedores pero cuando se juega al truco, se precisa de bebida para incentivar el clima de batalla. Lo hacían los vikingos, lo celtas incluso otros guerreros históricos. No se puede ir a la guerra sobrio decían los sabios druidas. -

El gaita  barajaba. No se puede decir que era el mejor. Se sabe que si le decíamos gaita es no por su nacionalidad, sino por la creencia popular de que no le da la cabeza.

 - Dale gaita baraja! – lo reprime  El chino

 - Cállate, chino estas al pedo ahí sin hacer un carajo por lo menos llenas las copas

El chino era un espécimen raro, lo conocí en la escuela en la primaria. Tenía la costumbre falaz de no bañarse. Siempre le decíamos:

 - ¡Chino!, ¡que olor a  chivo que largas! -

-  Anda. vo que me bañe y me puse desodorante-

El chino tenía ese problema también. El tipo oriundo de Corrientes no te tiraba una S ni por casualidad!. No porque allá sean así, sino que él era así.

- Eh! pela tira los reye!

 - Chino larga una S, carajo!

Las copas listas, un brindis. Por la Partida!! Éramos los mosqueteros del truco.-

- Vamos!!

- Negro, pila con tomar de más bobina! - le digo

- No pasa!! pelón!!

- No pasa nada? Vos juga bien!, ya te conozco. Después gil  tiras cualquier carta. No cantas un carajo!

El negro era, y es así. El tipo pone la casa, la alegría, pero toma tanto alcohol que no sabe si, ¿está en su casa?, ¿en la de la vecina?, o ¿en la calle?. Suele pasar yo también soy de darle a la cebada, no así en cuestiones competitivas. No podemos pasarnos de la raya. El honor siempre está en juego. -

Enseguida, me propuse a tirar una carta a cada uno, para definir la pareja. En el truco se tiran los reyes. Que quiere decir esto? Se tiran las cartas y si sale un rey a esa persona ya queda fuera, y se sigue el mismo procedimiento hasta que le toque a otro el rey. Entonces ya tenemos una pareja armada. -

Inmediatamente le toca el rey al chino. Listo uno fuera. Sigo tirando cartas y pasan la sota de basto (10 de basto), el once, el dos y demás y el toca al gaita la otra negra (rey).

 - Uh!! que pareja el chino y el gaita. Uno no entiende nada y el otro no sabe hablar jaja!! - negro

- Anda negro tarambana, los vamos hacer pelota! - gaita

Al negro si hay algo que le gustaba era crear el clima de guerra. -

- Vamos pela, no tenés un pelo en la cabeza, pero hay mente en esa bocha - Negro

- Negro me  más que  harto! - pelado

Quien mezcla? - Chino

- Yo barajo, gente! - pelado

No es raro burlarse del gaita. El tipo es, como decirlo, no un cuadrado es más que eso. El sobrepasa las dimensiones, por lo tanto es un cubo. En la secundaria se llevaba muchas materias a marzo, hasta los bancos de la escuela. Los profesores les daba lastima, y lo pasaban, por la diferencia de edad. Terrible espécimen. Un homo sapiens contemporáneo. Por cierto fuma que da miedo. Cuando termina una partida parece que estamos en Londres de la neblina de tabaco que yace en el recinto.

Comencé mi ritual de barajar de varias maneras, por un lado entremezclando los naipes de distintas formas, en seguida doy a la mano de mi izquierda para que corte. Esto es tomar la mitad de las cartas de arriba, o una, o varias y ponerlas del lado de abajo. El negro me putea.

- Baraja rápido pibe!!

- Tranquilo negro. No empezamos y ya rompes las pelotas?

El gaita ya se prendió un tabaco Malboro. Se cree deportista según dice él, por lo que fuman esa marca. Expira una bocana al chino que lo mira con asco.

 - Para el otro lado el humo gaita

Al negro mucho no le gustaba que fumasen en su casa. Paredes blancas el humo queda impregnado en los techos, pero que se le va hacer ?.

Corta el gaita y este no hace más que un procedimiento de azar propio de él. Golpea la primera carta del mazo con el puño. Con esto tengo que tomar la primera carta y ponerla abajo y repartir tres seguidas para cada uno y no una por vez como proceso normal.

Le doy tres al chino, tres al negro, tres al gaita y tres para mí. El chino es mano. Quien arranca el juego y su servidor aquí el pie. Esto quiere decir que soy quien dirige a mí compañero con señas o palabras engañosas. Mientras que la mano y el tercero se comunican entre ellos. -

Ni bien tomo las cartas lo veo al negro y le tiro una seña rápido, mueca con el labio izquierdo.

Negro vení al pie.

El negro me mira y cierra los ojos. -

Listo dije, no tiene un carajo. -

 - Negro tenes por lo menos para acompañar ?

Siempre que se juega al truco conviene en la mano de entrada tirar una carta alta para asegurar la primera mano. O sea el truco tiene una graduación de cartas. Una vence a la otra conforme esa graduación por ejemplo el ancho de espada y de basto son las cartas grandes, seguidas del siete de espada y de oro y así con las demás.

El negro cierra los ojos. Esa es un seña. Cada carta tiene una seña diferente. Guiñar un ojo es el ancho de basto, mover las cejas hacia arriba ancho de espada. La mueca que representé al negro era el siete de espadas. Una carta alta. Claro está que los contrincantes no tienen que ver tus señas ni la de tu compañero, sino se darán cuenta que cartas hay en posición. -

Pero el gaita vive en una nube y el chino está muy ocupado puteando al gaita así que con el negro estábamos tranquilos. El negro no tenía ninguna carta buena y por eso hizo el ademan del ciego, o sea cerro sus ojos.

Inmediatamente le contesto

 - Negro algo para acompañar? Alguna carta buena

También en el truco se habla mucho

EL chino lo mira al gaita.

. Gaita que hay?

Eh!!, para! a ver, porque no se bien!.

- Dale Gaita forro!! Que no sabes que carta tenés?

 - Para chino!!

Era de costumbre que ellos dos siempre se peleaban, hasta dar una respuesta. No obstante hay algo que los beneficiaba de antemano. La suerte. Si la suerte que tienen dos tipos como ellos en el juego. Es más El gaita la mayoría de las veces tiene la costumbre de jugarse algún número de quiniela, y sacar algo de provecho.

Tira el chino un tres una carta dentro de todo discreta. Turno del negro un cinco. Carta que no sirve para nada. Ahí el gaita se aviva por primera vez en su vida y antes de tirar, lo mira al chino.

 - Chino tenes para el tanto.

 - Nada gaita, vo!

Nunca una S, el chino. Vos, chino, Vos!

El tanto es el paso previo. Y la primera parte en el truco. Se suman dos cartas del mismo palo más veinte puntos. Los naipes  bajos, como un cuatro, cinco, seis, y los otros dos sietes (copa y basto) son ideales, también los otros sietes. Ya que las sumas son considerables. Entre el tanto si uno tiene una cantidad buena. Canta lo que se llama envido y si la otra parte tiene y confía en que puede ganar en suma lo acepta o retruca con otro envido, real envido y falta envido que quien tiene mayor suma gana el partido en la primera fase. Ya que el truco se divide en varias fases. los primeros 15 puntos considerado las malas y los 15 siguientes las buenas. -

- El gaita canta envido. -

- Negro vos para el tanto?

 - maso, pela, las viejas!

Las viejas son considerados 27 puntos es un término chico para mi gusto

 Falta envido, le tiro de una al gaita. -

El negro me mira, asustado. Pelado boludo! como vas a tirar la falta

El gaita se mira con el chino. -

¿Gaita qué tenes? -  le dice el chino

Las perdedoras tengo - Gaita

No, no se quiere – se aplaca el chino

Viste negro forro!!, sacamos dos puntos!

Que pasa!, las perdedoras son veintinueve puntos, pero como su nombre lo dice son perdedoras. Es de mala suerte, casi nunca se gana con esas cartas.-

Al retrucar el envido, si la otra parte no quiere se ganan los puntos del primer tanto. -

Terminado el envido. El gaita tira siete de copas. Entonces sacando cálculo sabemos que si tiene las perdedoras, entonces otra que él tenga es un dos.

Tiro el siete de espada y aseguro la primera mano. Por ser la carta fuerte. El que gana la primera mano tiene derecho a tirar primero. Lo miro al negro. El negro no tiene un carajo, ya lo sé pero para despistar, con una jugada estratégica dejo pasar la segunda mano. -

- Negro voy a vos -

 - Ah!, ¿a mí? -  cita el negro

 - ¡Si!, a vos

El chino se aviva justo. -

-No tiene una mierda el negro, voy a vos gaita

- Dale, es chiquita.

El gaita le tira un beso. Seña del dos como suponía. -

Tiro una carta baja un cuatro de espada.

- Hijo de mil, tenías tanto – se ofusca el chino.

Al tener un siete y un cuatro forme treinta y uno. -

El chino manda un caballo, que no vale mucho. El gaita deja pasar con un seis y el gaita tira el dos asegurando la segunda mano. -

Lo miro rápido al negro.

- ¡Negro! ¿voy ahí?

 - ¡¡¡Dale!!!, me grita

El gaita lo observa fijo al chino, y le tira la seña de otro beso.

Arroja la última carta, luego yo la paso dada vuelta, esto quiere decir que mi carta no pasa la de él. El chino la pasa también y el negro me mira.

Canta negro -  le grito!-

Truco!!  - Negro

 El gaita le habla al chino.

Che me tengo confianza!

 - Dale gaita, ¡quiero!  - habla el chino

Al cantar truco, ocurre lo mismo que con el envido, quien tiene la mayor carta y ronda gana la partida. El truco puede retrucarse. con retruco de la otra parte y vale cuatro de la siguiente. Como así también si se retruca y la otra parte no quiere se ganan los puntos de la primera cantada

El negro se expresa sobradamente, ¿nada más?, para ver si cantaban el retruco, pero no y manda otro dos. Queda empatada la tercera ronda, pero como nosotros hicimos la primera. Tiene el mayor valor. y ganamos dos puntos

En total primera mano cuatro puntos del envido y el truco.

- Vamos que esta noche duermen afuera estos dos, declara riéndose el negro.

Dormir afuera es el término para quien no llega a pasar los quince puntos. Eso denota o que son muy malos jugando o no les toco nada de cartas buenas. Pero como explaye El gaita y el chino tienen un ojete para el juego y se hizo notar en las siguientes partidas. -

Las siguientes manos fueron salidas de la nada. El negro que seguía con su mala racha, yo que una buena y otra mala. mas mala que buena. -

Más o menos íbamos llevando el partido la primera mitad terminamos empatados.

En una mano reluciente el chino se olvida que somos cuatro y tira flor. La flor es cuando te tocan tres cartas iguales del mismo palo.

Chino, somos cuatro, jugamos con flor cuando somos 6.

En si se podría de cuatro pero se termina rápido el partido por la cantidad de puntos que se adquiere

Hacemos un impasse, el negro va a buscar otra cerveza.

  - ¡Che negro!, a ver si te sale una buena. Y por favor no te guardes las cartas fuertes!!!

El negro siempre tiene la puta costumbre de guardarse los anchos, los siete no te dice un carajo y uno se pone nervioso. No sanes que jugar? si tiene o no. Es como tener un maniquí con baraja.

 - ¡No tengo suerte!, todos naipes de porquería, es este gaita mala leche. Es yeta estar al lado y te tira la miseria. Y no me guardo nada sino sale nada?.

- ¡Cállate!, no es culpa mía que tu vida sea una bosta. -

 - ¿Y vos pela?, no posees un pelo de sonso! y espira otra bocanada de humo al aire ya contaminado el gaita

- Ah! ¿Qué te comiste un payaso gil?!

 - jajaj. -  Se ríe el gaita

Y el chino?

Está en el baño, se estaba cagando

- uh! este chino, me revienta el inodoro cada que vez que va!

-¡¡¡DALE CHINO!!!. -

Silencio. Y más silencio. -

El gaita en un momento mira para el cielo, o sea la pared manchada de hollín de la casa del negro. Milagro que no tenía cigarrillo en mano.

- Che pelón, vos que sós un erudito en la materia de cualquier pavada que exista en el mundo. ¿De donde surge el truco?

Lo miro al gaita con cara de porque no te vas a cagar. ¿Erudito de cualquier pavada?

 - ¡Mira cubo!, te explico. Esto que estás jugando. Que ya del vamos sé que no tenés ni la más pálida idea pero lo jugas, viene del viejo continente. Origen madre es de valencia, España. Por alguna razón vino aparar al Río de la plata y fue diversión de los gauchos que eran hábiles de la mentira y los porteños por supuesto. Ahora el estilo de juego es propio de aquí. Más o menos evacue tu duda gaita?

- Mierda, joder, dirían mis antepasados

- ¿Quiere decir que si? le digo

- Pelado que máquina de sabiduría. Por eso no tenés pelo, te la pasas leyendo, y las ebras de la cabeza se pudrieron, y pareces la rodilla de un jugador de futbol  - contesta el negro de manera jocosa

- Y el truco es un juegazo como diría Borges y cito:

...(..).. cuarenta naipes han desplazado a la vida, pintados talismanes de cartón, nos hacen olvidar nuestro destino, y una creación risueña va poblando el tiempo robado con floridas travesuras de una mitología casera..

- Buena Borges!! igual no entendí

- Gaita vos no entendés para que estas en el mundo. Va igual tranquilo, Borges es un autor jodido de leer, ni yo entiendo

- Ah!!, por leer Borges se te cayó el pelo ?

- No, nabo!, ni una cosa, ni otra. Se cae porque se cae

Para mi Martín Fierro es un capo en el truco - habla el negro

- Querrás decir J. Hernandez ?

- Si, eso, el tipo dice a través de Fierro que al más pintao solía ponerlo en apuro cuando aventajar procuro, se tener con fajadas, tiro a tiro al as de espadas....

- ¡¡¡Esaa!! para que traigo la guitarra y payamos mierda!!! - se burla el gaita. -

Mientras el chino sigue en el Baño

El negro que como el chino era del interior. Del San Antonio de Areco gauchesco. Cuenta que a los bravos gauchos, venían con la faca (cuchillo) entre las ropas. Cualquier amistad se rompía a cuchilladas nomas!

- Negro acá en Buenos Aires en épocas Irigoyenistas si te gusta más también los guapos se daban duro

Por eso siempre digo este juego es una entidad demoníaca la que lo invento. Entre el revólver y esto hay una bala de diferencia.

- ¿Una bala? - Gaita

 - Gaita, es una metáfora!, ¡no seas boludo!

El negro medita con copa en mano. -

- ¡¡¡DALE CHINO!!!

- Déjalo, ¡y serví un poco de cerveza negra!. Tengo el vaso vació.

El negro se dispone a servir a los tumbos (bien apurado)

  - Paraaaa !! le digo, mandas la birra al vaso de una y se forma espuma pelotudo!!

 - el negro es de madera sirviendo cerveza - Gaita

 - Cállate cubo!! que a vos me acuerdo repetiste primer grado porque no te daba la cabeza!

 - jajaj y me entro a destornillar a carcajadas.

 - ¡¡¿Y CHINO?!!, ¡¿qué carajo?!! ¿estas dejando ? la Vida??

Se abre la puerta del baño.

Vuelve el chino todo transpirado!

- Ah! volví a vivir.

- Uhh!! ya vengo agarra el dueño de casa.

Acto seguido el negro tuvo que cerrar el baño y prender el compresor de aire que tiene dentro, de lo contrario se acababa la partida, la noche, el viernes y nuestras sensaciones o sentidos olfativos. -

El chino se levanta con algunas fuerzas que le quedaban de su rezo infernal en la Meca sagrada del inodoro y pone un disco del estante del Negro.

- Che les va de The Doors ?

- Dale, pone un compilado que tengo, es un buen disco!

Comienza a correr, el disco y suena de fondo...Riders on the Storm.

Inmediatamente nos quedamos en silencio. La música nos había paralizado. Un lluvia y cuatro jinetes en una mesa redonda, compitiendo a ver quién es el más mentiroso de la cuadrilla. Pasó un minuto. Se golpea tibiamente la mesa.

 - Arranquemos nomas. -

- El gaita baraja y baraja, el negro corta. Reparte y podríamos decir que fue una mano discreta. El envido lo tira el gaita y el negro le manda un real envido. El truco fallo en contra nos ganan en la tercera con una negra de espada (rey de espada).

- Truco, le digo

- Quiero retruco -  manda el gaita

 - Quiero vale cuatro le dice el negro

El chino mientras seguía suspirando por su periplo al baño. Era la tercera mano y se llevaron cuatro de arriba.  La mano siguiente  tuvimos una certeza viveza criolla. Al jugar un tres en la primera mano y cantar un envido mentiroso sin cartas para sacar un punto y después ganar con una vale cuatro aguerrido  con el ancho de basto.

- En medio del partido empezamos a alucinar como siempre con algún tema. Cerveza, y más Cerveza casi sobre el final de la contienda. Ellos ganando por algunos puntos.  Primera parte el gaita se mira con el chino tira el envido

 - Pelado, no tengo nada, de nada. ¡¡Cagamos!!

 - No pasa nada negro, alea jacta est!

 - ¿Que ?!!! Dice el negro

Chino me mira

Quiere decir la suerte está echada negro pata sucia. Ustedes no saben nada de historia?, ¿cómo mierda pasaron la escuela ? Burros!!!

 - Anda a cagar – se enfada el gaita.

-  Si pelado, a vos solo te gusta la historia! - Chino

El negro observaba.

Bueno les cuento resumido. Ya es sábado 11 de enero, un día como hoy Julio Cesar se dispuso a cruzar el Rubicon para enfrentarse a los ejércitos de Pompeyo desafiando al Senado y a Roma. Cesar sabiendo que podría ser un desastre se juega a todo y nada, como acá negro. Vos déjame a mí. Y me tomo un trago de cerveza negra mientras lo miro de reojo y agito lentamente el vaso.

 - ¡Falta envido y truco!

Gaita dice no al primero, ya que su primer envido fue una mentira vil!! y sabiendo que se le viene la noche. -

 - Chino para el segundo?

Y dale - dice el chino

- Tira el gaita, aseguro con el ancho de basto, tira el chino y luego el negro. Segunda mano. Quiero retruco dice el chino con vaso en mano, el gaita no paraba de fumarse uno tras otro cigarro. Lo mira y asiente su jugada.

El negro se manda un fondo blanco de birra.

- ¿Qué hacemos pela?

- Ya te dije negro la suerte está echada. ¡¡Tranqui que lo ganamos!!

 - ¡¡¡Quiero!!!  - le grito

 - Chino, vení le dice el gaita. El chino la deja pasar.

 - ¡Deja pasar negro! le grito, ¡y mírame a mí no al vaso!, ¡boludo!.

El negro sube la mirada y la baja. Comprendí en seguida, y el me entendió a mi Para tranquilidad de las neuronas competitivas.

Gaita manda un siete de espadas y ganan la segunda.  ¡Chino voy a vos!, ya los tenemos.

Último naipe del gaita y voy yo.

 - ¡Quiero vale cuatro!

 - ¡Quiero! -  dice el chino y el gaita confiados

 - tiro el tres de basto

El chino se ríe y manda el siete de oro.

 - ¡¡Fueron chicos!!  - comienzan a festejar de antemano el gaita y el chino. Con esos cuatro puntos sea quien sea ganaba

El negro los mira casi borracho y se manda el último sorbo de cerveza tirando el ancho de espada

El gaita un poco más se traga el humo del cigarro, y el chino quedo descolocado

¡¡¡Vamos!!!, ¡¡¡Adentroo!!!  - grito con euforia. Como te dije negro la suerte está echada y de nuestro lado!!

 - ¿Pero cómo mierda hicieron?

Es maña pibe le digo. Es truco. Un juego mañoso  inventado por mandinga. Nunca le creas al que llora, ni al que acierta serenidad. Porque de la confianza de uno y la ingenuidad del otro es por lo que se llega a la victoria. -

El negro se empezó a carcajear, ya no por el pedo del alcohol, sino por las miradas del chino y el gaita.

Me levanto y tomo una cerveza más. -

 - ¿Chicos los vasos?!

Uno por uno voy llenando cada copa. Los mosqueteros levantan sus recipientes llenos de cebada

Chicos. Un gran partido sin duda!

 - ¿Che ya paso el olor del baño dice el chino? me da cosa volver al ruedo!

 - ¿Otra vez?. -

 - Baraja gaita que se viene la revancha!

El negro cambia el disco. -

Pone algo nacional negro, ¿los abuelos de la nada por ahí? -le tiro

- Ahí, va un recital genial, con miguelito cantando

 - ¡¡Vamos que Vamos!!

                         

Que se le va a hacer, este juego es así. Van a pasar años, vamos a ser viejos y vamos a seguir encerrados en este Mundo. No puedo evitar no volver a citar a Borges para exponer estas palabras... En los lindes de la mesa, la vida de los otros se detiene, adentro hay un país extraño: Las aventuras del envido y quiero, la autoridad del as de espadas.....y el siete de oro tintineando esperanza... suena de fondo...Costumbres Argentinas.  (DLC)

                                   

                                                                           Diego Leandro  Couselo

 

 

 

sábado, 28 de octubre de 2017

Novela tras el rastro del maestro

si piensa no sentirá nada, y perderá ese tesoro divino de la belleza que busca, esa perfección de la que usted habla; no busque el significado a las razones externas que ingresan dentro de su mente y alrededor de ella, y las cosas que lo rodean, como le mencioné; sea usted con uno mismo. Sea usted y no otro.

( de la novela Tras el rastro del maestro - Diego Leandro Couselo - dlc)


sábado, 14 de octubre de 2017

Un dialogo. Amigos, y las cartas.

Un dialogo. Amigos, y las cartas.

- Che y la cerveza ?
- si! Che ! No vengo nunca mas a está casa!  (Quejas del clan)
- y bueno como les contaba invito a la mina a salir en sus sueños, me hago el langa le tiro un par de besos se hace la difícil. Ojo inventé todo onda bar romántico,  y me dice. (Cuchá!). Mira la que me tira!.. que lindo lugar, pero tu cara está muy arrugada, y por favor sácate esa garra.!!. Aparte sós un sueño, o pesadilla? .le expliqué, una cosa lo que vos sueñes y otra lo que yo. Esta mano hace milagros soy más que un sueño!!.y la mina que medio se quedo bueno la pase lindo! Nos hablamos - freedy
- tranqui hermano - jason - es lo malo de las redes sensoriales. La cabeza de las mujeres es un universo!!!
- y vos que onda? - chuqui
- a mi me dejaron. No le gustaba que apareciera en la noche de sopetón en medio de la oscuridad con el machete!.  - jason - un día le caigo borracho, y me hechó de la casa. Te fuiste a matar gente! Que para que? Y encima no sacaste al perro. Cago toda la casa!!. Y vos?.. yo laburo todo el día me dice y bueh! Ya fue!!
- y vos el laburo? - jasón
- mal, estoy harto se llena de pibes que quieren globos,  y yo como bobo.. eh ! Quieren flotar, quieren flotar. Los nenes cero miedo. Te escupen, te putean, te tiran cosas me dan ganas matarlos! - it
- vos te quejas ? A mi me venden,  y me tengo que fumar un nene/na hablando pavadas: quieres ser mi amigo?.. y la familia de porquería: mira lo que te trajimos? Un muñeco chuqui!.. váyanse a la mierda! - chuqui
- vos no hablas no? Wilsonnnn!! - freedy
-  déjalo el boludo este lo único que hace es mutilar gente. Cambia la sierra! Como yo de calzoncillo y no se baña. Mugreee!!! - it -
- shh - habló poco y que gil! y ojo boludo que está mi novia ahí.
- anda dominado! te dice las cartas que tenes que tirar?
- che irlandes vas tirar alguna carta. Estas mas pirado que el resplandor de reloj. Nene te quedas quieto con el triciclo? Anda a dormir y llevate a las mascotas! - it
- noo !! No quiero!! Quiero que empiece el juego!
- el juego se terminó y punto. A la cama carajo! Estamos en reuniones de mayores! - it
- che que padre cariñoso que sos! - leprechaun
- cuando es Halloween ? - chuqui
- en unas semanas. No me hagas acordar laburo toda la noche.
- de que laburas.?
- de pelotudo que asusta! De que voy a laburar?!
- garpa? - jasón
- me tienen en negro este miseria!
- minas ? - freedy
- nada. Las pibas quieren algo mas con onda!
- cierto!. Quieren esos vampiros de mierda con chupines, y baranda a calvin!  Les mostras el machete y se te ríen! - jasón
- it la puta madre!! Trae birra. Que anfitrión de mierda!!!  El unico es el perro y su naipe!!!

Así son las partidas de póker cuando no se está trabajando.

Diego leandro couselo.



jueves, 3 de agosto de 2017

El tigre del infierno


El general está en su cabaña descansado habían batallado bastante y en el desierto de el único ser que se atrevía q decir alguna palabra era el silencio. Uno de sus subalternos pidió por él. Eran noticias de la contienda contra el General Lamadrid.  Dos de sus capiangos personales montaban guardia. El soldado se acercó. Era un gaucho conocido  entre las tropas. Ambos veían la cara marchita, y sin expresión de aquel hombre que luchaba al frente para el General Riojano. El tigre hoyo su llegada. Tenía la capacidad aguda de oír los pasos, y anticipar los ruidos de los caballos. Leer la mente. Así son los salamanqueros.
- Traigo noticias para, el jefe
- Dejen entrar al soldado – se escucha desde dentro de la cabaña
La guardia personal del General se abrió. No les quedó más remedio. El gaucho solo tenía un parte de los acontecimientos.
- General le hago entrega los papeles –
- Deme soldado.  Esta agitado. Por qué no bebe agua? Ha descansado?.
- No mi señor! – responde -
- Pues vaya a descansar nomas, tómese el día su cara me dice que ha combatido lo suficiente para ganarse una tarde completa en la pulpería.
- No precisa  mi señor nada de mí?
- Descanse,  y vea ese poncho está bastante herido!. Cómprese uno de mí parte, ya ha hecho suficiente. Puede retirarse. Veré estos papeles.
- Gracias mí señor!.
El hombre salió de la tienda calmadamente. Se había ganado el día. El tigre se pone analizar aquellos recados. Notas de buenos aires con un Rivadavia enfurecido con amenazas de deponer las armas. Otro sobre las bajas de aquel combate con el General Lamadrid. Dejó los papeles, y se sirvió un mate. Cuando durara todo? esto se decía. Él no quería problemas, sino que los problemas vinieron a él.
Se acuerda cuando se inició en el arte de la guerra. Era un joven. Su padre quería que se dedicase a los negocios. Culto como el solo le gustaba leer, pero el llano pronto vio la llegada del peligro y no tuvo más remedio que luchar.  Encarcelado en san Luis, defendió a sus carceleros contra la intentona real. Luego en el puesto su primer combate personal contra un Dávila arriesgado que murió en combate. Ya se había metido en este baile.
Las voces se corren en todo el litoral y al hijo de los llanos le temen porque saben que las brujas del norte le dieron la autoridad para aplacar a las masas con tormentas de vientos, maremotos de ríos, y enjambres de pestes, y  la vocinglería del enemigo que se avecina de imprevisto no son otra cosa que el miedo en carne propia.
Ahora el general se duerme. En él un sueño terrenal en medio del averno que siempre lo llama. Se despierta ya no en la carpa con su mate y sus papeles. Está en medio de una niebla espesa, llena de visiones que ríen y el saca su sable, el moro está a su lado como lo está bucéfalo para Alejandro magno o el corcel de Philotas. Es su amigo y su mayor confidente. Mucha de él aprendió eso.  El caballo está inquieto. Varios soldados aparecen y el desenvaina su sable corto, el Moro le indica con la pata izquierda que no se acerque el moro siempre tiene razón, pero el general no hace caso y se lanza contra aquellas almas. La primera lanza una estocada, pero la esquiva y da justo al pecho, otra arremete atrás, pero nuestro tigre muestra las garras agachándose oportunamente. Desde el cielo salta otro húsar tomando su espada con dos manos en dirección a la cabeza, este fintea hacia un costado y golpea con su puño la cara del demonio para luego enterrar su espada en el  corazón de la víctima. El último demonio se estira majestuosamente y corta con un ataque sorpresa la espalda de Quiroga. El moro  se arroja al soldado de la muerte y lo golpea. Los amigos están para ayudar. Quiroga se levanta mal herido y clava con un cuchillo que saca de su cintura para dar en la cabeza de aquel miserable.  Todos los demonios muertos se esfuman y un señor de negro aparece y aplaude con sus palmas en sonido de sarcasmo.
- Bravo, por usted general, Bravo! Ha cumplido su designio pactado
- Mi designio – Dice Quiroga – el moro comienza a refunfuñar y mueve la pata
- Calme a su caballo o tendremos que sacrificarlo
- Que desea?
- Lo que usted desea? Quiere ganar y pide ayuda y ahora nosotros se la dimos
- Si, y cuál es su petición
- Nuestra petición es que pueda vencer en este pozo. Cada vez que se lo requiera.
- Y sino cumplo?
- Mi buen amigo, usted ya ha firmado un pacto..  Mis tigres por su alma que luchara cuando lo disponga
- Entiendo. La  cueva ha sido la trampa mortal donde me han llevado
- Usted ha ido solo, nadie lo obligó a pactar por un regimiento
- Pues sepa que voy a rescindir-
- Mi amigo no es tan fácil.
- Eso lo dice usted. Estoy convenido a pelear una sola vez para no pelear toda la vida – Sentencia don Quiroga que desenvaina nuevamente su sable
El tigre decidido toma su espada y se lanza contra aquel hombre. Este se desvanece dejando una humareda. El moro hace un relincho y detrás del general el hombre golpea con una espada de fuego en su herida producida en el anterior combate contra aquel demonio. Ahora el hombre ríe, e intenta golpear al General. Este choca con su sable aquella llamarada y obliga con fuerza a llevar la espada de rojo calor y sangre de mismísimo mandinga. El general tenía ese valor reunido en un puñado de miedo más el coraje que lo llevaba a realizar cualquier hazaña cuando la vida depende de ello.
- Tiene agallas le grita mandinga
- Usted no me conoce, demonio del Hades. No sabe con quién se mete
- Usted tampoco – ríe jocosamente el mandinga
Ambos haciendo fuerza con sus sables. El general toma con su otra mano el cuchillo y estoquea en la cara del mandinga que de la herida del rostro sale fuego. Una luz grande se hace presente en medio de toda esa penumbra y neblina y el mandinga desaparece gritando:
- Esta vez estas libre Tigre, pero volveremos a encontrarnos.  El acuerdo no puede romperse como tampoco el orgullo de quien te habla.
La luz se hace más grande y los ojos del General de abren en una carpa semi - oscura. Estaba todo transpirado aquel hombre por la pesadilla que tenía un tanto de real. Se incorporó de la cama y se dirigió a tomar un poco de agua. Cavilo segundos en lo ocurrido. Él sabe que la felicidad se aumenta con el bienestar y se amengua con los padecimientos. Este era su padecimiento de haber cometido el error de pedir ayuda a quien no debía y ahora su divina conciencia le comentaba en voz tenue que su alma estaba presa de aquellas palabras y solo peleando por su vida podía lograr esa felicidad plena que siempre anheló.  Esa pesadilla lo invito de manera inverosímil a prepararse. La próxima vez podría ser la última.  Tomo las notas y ordeno un poco sus ideas.
Los unitarios volverían. Lamadrid no se quedaría impoluto ante una batalla perdida y mucho menos Rivadavia con sus seguidores. Sus forajidos y criminales podrían está a la retaguardia como grupo de asalto pensó. Algunos en este punto de la historia mencionaran su nombre en la barbarie como que solo un aliado de los poderes infernales puede ser parte de tal empresa. Y su estrategia no termina aquí. Los lanceros luego y por detrás otros grupos de gauchos con boleadoras. No cabía duda que Quiroga era muy receloso para armar su ejército y precavido. Aun así todo este armado militar era producto de aquel aroma de la pesadilla del infierno. No quería volver a incorporarse en la cama para no volver a tener otro encuentro, entonces a puro mate se puso a realizar tácticas de combate y leer un poco.  Los soldados de su guardia personal de capiangos infernales permanecían parados como centinelas en aquella carpa.  Tomo papel, tinta y su pluma y escribió luego unas cartas a su familia y luego otras notas con reflexiones. Solo un hombre que ha vuelto del averno puede expresarlas. El hombre con el poder depositado en aquel moro, corcel adivino que lo transformaba en el centauro al entrar en batalla. Las palabras vertían como la sangre en todo el sistema circulatorio. Entre ellas recordó sus dichos al mandinga, oración que llevaría por siempre selladas en una espada y en su alma ya putrefacta de azufre candente del pacto.
…(…)… criatura de la profundidad que todo lo reclamadas, veras que no cualquiera es cordero en tu matadero de fuego. Y la próxima vez en este mundo y en otro, otros, estoy convenido a  pelear una sola vez, para no pelear toda una vida.
 La pluma detuvo su movimiento majestuoso de aquel juramento, interponiéndose en la plana casi quemada por el tiempo entre la decisión de continuar o no. Y  se declaró inocente de todo el valor del universo. Prosiguió de tal forma, para dar fin aquella leyenda. Poco se sabe de la ambigua e inverosímil batalla interna que luchaba y de la que seguros todos también tenemos y no lo sabemos, y solo (si me permiten manifestarme) se supo que aquel hombre atormentado por el reuma jamás volvió a insumirse en el privilegio del sueño que los humanos poseen. Tal vez no estaba preparado aún, hasta que el día llego a barranco yaco a gran velocidad como si el diablo siguiera sus pasos para cobrarse la deuda. De su puño y letra firmó  para dar fin al mensaje. Firmado General Facundo Quiroga.

Diego Leandro Couselo.

sábado, 29 de julio de 2017

La sabiduría escondida


Impaciente se adentró en aquel muro de soldados de madera que la naturaleza había creado para resguardar los peligros que la especie humana no puede controlar. La naturaleza millones de años atrás le otorgó por orden divina al hombre está gracia, suerte de ayuda, y entonces vino el oxigeno, y vinieron los alimentos y el fuego, y el refugio, y el ser humano evolucionó. Debió aprender que un verdadero soldado no mata, sino que crea vida, pero algo le faltó a la especie en el desarrollo, y su frívola, y ladina mente desvió el camino de aprendizaje. Era la sabiduría que poseen todos los seres vivos. Sapiencia perdida que pocos muy pocos lograron. Y ahora luego de tantos productos artificiales que piensen por él, un mocoso ávido, carente de miedos penetra por un camino que se cuenta, ella, y sus maestros viven. Ellos. Los impasibles gigantes de la verdadera ilustración.

Diego leandro couselo


martes, 25 de julio de 2017

Dos historias, dos anécdotas y mucho por decir. -

Dos historias, dos anécdotas y mucho por decir. -


Dos historias, dos hechos, y tantas cosas para tener presente. Digo para meditar si se quiere, emocionarse tal vez. Depende de cada uno. De lo que se sienta en aquel cuadro radial que sintoniza sentidos.
No hace mucho adquirí en esas librerías que no son otra cosa que tugurios de antaño de la ciudad de Buenos Aires, un libró. Si lo sé. Siempre compró un libro. No es una novedad, ni lo será nunca. Era un sucucho de aquellos en los cuales parecen esconder en pequeños rincones sucios y olvidados algún que otro ejemplar desterrado de las fronteras de la tierra.
Había notado con paciencia en la búsqueda, que si se quiere, se puede descubrir mucho más de lo que uno espera. Hay otro tema que también quisiera exponer, y del cual no me explayaré para no romper el hilo conductor de este nimio relato. Cuando alguien encuentra un libro, o el libro lo encuentra a él. No es casualidad que se unan. Alguien en el universo está conspirando para que ese cuaderno de historias llegue a nuestro planeta interno. Como las personas ingresan en nuestra vida, sostengo la loca creencia de que los libros también tiene ese propósito magistral. Usted de aquí en más se le ha designado tal, de tal autor. No antes, ni después. Ahora. Por qué?. No se los puedo decir. Y si lo supiera tampoco se los manifestaría. Esa pregunta solo la pueden contestar ustedes lectores.
Pero ondeemos en el asunto que nos compete. El libro lleva el nombre de Las Maletas del viajero. Un conjunto de aventuras, y narraciones de José Saramago. Si nuevamente lo se. No es novedad. Si hay alguien en quien quisiera parecerme sería él. Y hoy encontré dos relatos del por qué?. El primero se llama Historia para niños. En tal cuento un chiquillo decide subir a lo alto de un cerro. En él, no había nada interesante, sino una flor marchita, y caída, y él (saramago)  expresa: como era niño decidió que tenía que salvar esa flor. Porque es niño pienso!, y la vida es un pedacito de ellos que se niegan a perder algo que nosotros los adultos nunca podremos entendér.  Acá los fragmentos se vuelven explicativos de lo que esa inocente criatura hace por la flor. Desciende el cerro, cruza inmensos terrenos de peligro, laberintos mortales hasta llegar al otro lado de mundo para tomar de un rió con los huecos de su mano cuanta agua  pueda, y vuelve a cruzar todo hasta llegar al cerro, y dar de beber a la flor sedienta. El chico repite la operación unas veinte veces. Cansado. Con sus pies hinchados, mal herido no claudica hasta que esa flor erguida daba su aroma y se recompone, y este exhausto se duerme junto a ella. Pasan las horas, y la familia, y los vecinos lo buscan incesantemente. Cuando ya no había motivos ante tal empeño alzan sus ojos al ver un flor gigante al pie de una montaña, y al niño que durmiendo estaba. Inmediatamente fueron en su búsqueda, lo alzaron,  y llevaron al pueblo como un héroe. Y acá esta la mejor parte: En la Aldea se corría la voz entre vecinos de un milagro. De que un niño había salido un día de su casa para hacer algo grande, mucho mayor que su tamaño, y que todos los tamaños juntos, y esto amigos míos es la moraleja que deja está historia. La otra historia se llama: en el Patio, un jardín de Rosas. Entre tantas cosas el se encontraba caminando por las calles de Lisboa hasta llegar a un paredón en el cual llego a divisar una frase que decía: Lena ama a Riu. No era más que una declaración insignificante en una ciudad que lo viera. Y él cita que para mucha gente es algo trivial, pero Don José tiene, y comparto su pensamiento, la vocación, y el oficio de negar lo insustancial. Luego relata que tal vez sea una declaración de un hombre o no?. No lo sabe él, no lo sé tampoco yo. No obstante expresa en pocas palabras un final para este exiguo texto, en el cual no importa quien sea?. El prefiere que sea ella la de la diminuta acción. El quiere creer que es ella, y le desea de corazón que sea feliz, que sepa siempre lo que quiere, incluso cuando a lo largo de la vida vaya pidiendo cosas diferentes, y piensa que allá va una chica ágil, y lozana que avanza decidida por el mundo, y allá va la mujer que un día plantó con pintura, rosas en un patio.
Y allá van, un niño a salvar una Flor con un poco de agua, y aquella atrevida con un tacho de pintura.
Y aquí concluyo que en un mundo tan pequeño, de pequeñas personas, y pequeñas acciones, algo tan grande, y maravilloso puede ocurrir. (Dlc)

Diego Leandro Couselo





sábado, 22 de julio de 2017

Diez segundos de gloria



El patrón me estaba vendando la mano derecha. Era un celestial modelo de vida propio. Un fantasma en el camerino de reserva donde suelen encerrarse aquellos que donan el cuerpo al salvaje ritmo de la música infernal del combate. Luego la mano izquierda. Trazo por trazo. Se palpó las manos y aplaudió. Siempre lo hace antes de una contienda. Era una de esas peleas del montón que no valen un par de monedas y algún aplauso de la muchedumbre.
Antes de salir rezó al patrón como solía hacerlo en los tiempos de la misa santa del Convento al que a veces solía ir a visitar y conversar un poco.  Estaba preparado. Si es que se está en una situación de este estilo. La guardia pretoriana estaba esperando a la salida, por lo que se dispuso arrancar por el sendero que ellos le marcaban.  Las puertas se abrieron y allí estaba su rival duro de rostro. Piedra sin formar. Ojos cerrados y nariz de lo más chata. Mugía como lo hacen los toros en odio puro y de a poco se desplazó paso por paso al cuadrilátero. Era de los barrios bajos, como todos suelen serlo. Más pesado, alto y más fuerte.

Las reglas son efímeras en estos lugares. Quiero decir: No se cumplen a la perfección.
Ahora es su turno de hacer aparición. El patrón, su sombra, y el solo por el lúgubre pasillo hasta la salida. Las guardias como estatuas y la muchedumbre que explota de odio ante el visitante que solo camina observando el suelo. Llegó al ring,  y subió lentamente tomando la primera soga. Una vez adentro, recuerden bien. No hay regreso en el cuadrado. El lugar más solitario del mundo. Aquí dos personas se debaten a mano limpia el ego de todos aquellos que asisten a verlos, eufóricos, luego de ser alistados como predadores en busca de un poco de sangre. La radio suena sin parar recordando los viejos combates de aquellas épocas. Anuncia una tormenta que posiblemente aparezca. Y allí estaban los dos amateur. El referí los midió. Chocaron guantes y que empiece el juego mortal.
El cara de piedra se abalanza ante el contrincante. Teseo lo espera y cubre en tremendo golpe de Cross a su cien con una guardia. Luego arremete, con furia al centro de la mandíbula de nuestro personaje. El patrón lo mira y le grita dale Mierda!!.. movete cesar movete!!. El cara de piedra sigue su rumbo y ahora gancho al hígado, al vaso como un médico que conoce la anatomía al pie de la letra.
Teseo logra escapar con un esquive mágico, y un jabeo con el puño derecho marcando el rostro del cara de piedra.
Vamos loco mátalo guita lo un orate des las gradas, otro se pone como histérico en medio de las cuerdas. Tíralo basura, tíralo. El cesar es visitante y no hay más que el patrón para alentarlo, pero no se escucha en estos momentos.  Suena la campana y el primer acuerdo se va de las manos.
Ustedes pensaran que es una historia más, pero no son diez segundos que precisa el Teseo para arrancar. Como para arrancar su vida. Y pasan los rounds uno por uno y el cara de piedra sigue lastimando al Teseo que en el quinto, lo tira, en el sexto lo hiere, y siguen los golpes hasta llegar al doce. El mítico doce, el cual ya sin resto cae el cesar abatido observando como tonto a un sector de las fieras demoniacas que le gritan maldiciones. Recuerda lo que el patrón le mencionaba. Estás perdido en medio de un laberinto lleno de silencio y no sabes si quieres salir y golpeas más y más como si cada puño fuera un boleto de salida. Y sigues perdido sin nada que perder, porque cuando estás perdido no crees en nada y eso es terrible. Es mágico creer en algo. Algo más fuerte que tus puños,  tu voluntad para romper el silencio que un cobarde no se atreve, ni siquiera abriendo su boca. No importa lo mucho que uno golpe, si no hay fe en esos puños no hay nada y mueres como un estúpido tirado en  el infierno. Mírate ¿Cómo te quieren ver muerto a ti. No vales lo que un puñado de arena en el desierto. Haz temblar al tornado que en tu interior yace, rompe el silencio con un trueno que haga llorar a esas basuras del inframundo y mata de una vez al minotauro que espera por tu cabeza para ser colgada en una pica alta. Ese es miedo que hay en tu vientre descansando. Levanta cabeza y date el gusto de un último duelo la campana aún no suena.
Teseo se apoya en sus codos y luego sus manos. Uno, dos, tres, se pone de rodillas, cuatro, cinco, seis, poco a poco se incorpora, siete, ocho y nueve. Erguido como un bípedo el hombre vuelve a la batalla. Cara de piedra se arroja encima como el toro queriendo cornear su estómago. Nuevo esquive del visitante y un Cross de arriba para burlar al animal. Ahora es turno de cesar quebrar las reglas de esta caldera de odio y siendo pequeño y rápido se arremete valientemente sobre el cuerpo del cara de piedra que no ve su entrada burlona de arlequín que goza de un lado a otro. El cara de piedra vé venir trompadas. No sabe de dónde? No los ve. Un legendario dijo. No puedes parar lo que no puedes ver.  Y llueve una ametralladora. Era tan veloz que la velocidad misma quedo sorprendida.  Y un puño directo que lo tira contra las cuerdas resta diez segundos para terminar el round. Diez segundo no más. Del fondo se escucha aguanta cabezón un coterráneo amigo que le habla al cara de piedra que con una potencia incalculable le da justo en la cabeza al Teseo pero no lo siente. No siente dolor. Esta poseído por ese sentimiento de lucha y nuevamente lo tira contra las cuerdas, y ahora entra con golpes bajos. Todos los órganos marcados. Uno por uno. Llueven como una sudestada crónica. La furia de la naturaleza se hace ver ante la adrenalina de todo un estadio. En las radios se oye que hay una fuerte tormenta y en el interior se dice que la misma ha ingresado en el cuerpo de un de los rivales. Las calles se hacen intransitables por el clima y adentro del gimnasio. Si adentro el cesar está batallando hasta el final. Golpe por golpe. Diez segundo para terminar y con una trompada al estómago tira al cara de piedra abriendo las paredes del laberinto ,  cayendo el minotauro entre la muchedumbre al mejor estilo Firpo vs Dempsey. Tumbado entre las sillas y las personas que lo rodean a ese que llaman el cara de piedra que queda inconsciente. La cuenta regresiva sigue su curso. Eran solo diez segundos al ras del árbitro, diez segundos de gloria.  De todas maneras  la diferencia numérica no es tolerada por el tiempo que hace su elección  para que la contienda llegue a su fin. Algo podría decir que fue una victoria pírrica de Teseo por lo arriesgado del asunto. En las calles los truenos cesaron y la lluvia se calmó. Teseo se arrodilla y su cabeza fija un minúsculo espacio en su limbo. Una luz entro en medio de aquel agujero del techo marca su rostro. El patrón está contento por su pollo. Las tarjetas puede que digan que ganó el cara de piedra a pesar de quedar tumbado boca abajo sin moverse. La realidad es que Teseo es libre. No logro ganar una batalla, sino la guerra. La luz entra tibia sobre el centro del cuadrilátero como todas esas veces que el sol hacia su aparición. No hay más que silencio en un lugar que ahora está vacío. Abandonado por los años. Las sillas llenas de polvo, y un guante gastado, y  sucio tirado en el suelo. La sombra de alguien cerca de una puerta observa esa pequeña luz.  La sombra toma el guante y sopla ese polvillo de antaño y contempla una descripción que dice: Aquí yace el legendario Teseo…la sombra devolvió el guante en el piso y Salió despacio por el primer corredor que lo vio ingresar. -

Diego Leandro Couselo