El reino de mi mundo

lunes, 26 de septiembre de 2016

La anécdota (capitulo II)


¿Eres comunista?
No. Yo soy antifascista
¿Desde hace mucho?
Desde que comprendí lo que era ser fascista.

                                                            (Ernest Hemingway - por quien doblan las campanas)                   
                                                      

 
                                                            Y también anarquista si con esto consigo soñar!............

La anécdota (capitulo II)

 
Entre el tumulto de la gente. observé un hombre con una gorra bien al estilo de un gallego antiguo. Uno nunca sabe porque una imagen retrotrae el tiempo. Un pasado. Una historia.
Mi abuelo venido del viejo continente, del país ibérico España, de un pequeño poblado de Galicia. Siempre solía relatar memorias de su tierra natal. De la guerra civil. Aquella que dio origen a tanta inmigración. Y contaba por que su existencia fue difícil entre cebollas y pan. No había que comer. No existía esperanza. España era eso “tristeza”. Ya no sonaban castañas, banderas rojas y amarillas. Sus historias, siempre fueron particulares, con risas y bromas. Pero esta historia, no era como aquellas. Aquí hay desasosiego, miedos. Podía ver en el rostro de mi abuelo esos ojos brillosos, al narrar estas crónicas sin pasión y con mucha bronca.   

El hambre era atroz. A pesar de todo tratábamos de no perder la calma, mi madre hacía lo imposible para que no pasemos hambre. En nuestro pueblo había un hombre. El hombre grande de test rubia. Siempre bestia con un chaleco, boina y se dejaba su barba que también era rubia. Tenía un acento de ingles que se misturaba con nuestro castellano y a veces hablaba algunas palabras de gallego. Sin duda era la persona mas amable y nunca faltaba el día que se acercase y nos trajera un puñado de comida. Sentía la necesidad de cuidarnos, no solo a nosotros sino a todos. Un día me llevo al cerro mas alto que el pueblo poseía. Era majestuoso ver desde lo alto, nuestra nación. Tuvimos que sortear algunas falencias. Los aviones de Francos siempre realizaban su patrulla diaria. Pero ver el mundo de otra manera era como algo inimaginable.

 - Vez pequeño, así dios nos vigila desde aquí y nos da sus buenas bendiciones. – me dijo.

 - Habías visto algo mas hermoso en este planeta?

Era como si estuviera hipnotizado con este lugar.

 - No hay nada mas bello. La aventura del ir y venir. De cambiar y volver a cambiar. De no ser alguien corriente que solo labra la tierra. La aventura de ser alguien más.

 - Pequeño, mira bien, desde lo alto unes a dos mundos el cielo y la tierra. Y no hay nada mejor que desear que todo se una. Quienes tienen unión, no solo forjan algo más que un vínculo. Forjan una amistad. Y no hay nada mas valioso que tener una amistad.  Todo lo demás es parte de esta vida.

 - Pero eso sí, la amistad requiere trabajo y esfuerzo para que siga creciendo.  Requiere que nos comprendamos, que nos ayudemos y nos nutramos el uno del otro para ser mejores personas de lo que somos.

 - Siempre que vengo aquí pienso en eso. En unir a la gente y sembrar una semilla de amistad. El cielo y la tierra juntos. –  Estas son las palabras que todo el mundo debería tener: “Existir, crecer, amar”. -

Me le quede mirando. Sus pupilas estaban humedad y miraba el horizonte. Un atardecer se acercaba. El sol se ponía.

 - Debemos volver pequeño. Tu mama debe estar preocupada y alguien debe cuidar de ella y tu hermana menor.

Fue una tarde memorable de mi infancia dentro de tanto sufrimiento.

Los días pasaron como si nada. Y como en todo pueblo se corrían voces y leyendas de una persona rubia con barba. Es comunista hablaban.  Y un día llegaron al pueblo los agentes de Franco sin permiso y de sorpresa.

los sublevados atacaron el pueblo en Pontevedra.  No tomaron prisioneros y todo aquel que estuviera en contra del General  era fusilado. El  hombre grande de test rubia. Aquel amigo que una vez contemplo desde arriba el pueblo, hombre que luego de un tiempo me entere luchaba para los republicanos, estaba de manera clandestina escondido. Jamás nadie se dio cuenta. Pero las habladurías son peores que la misma peste negra. No podía pasar como un granjero más del poblado.  Los sublevados sabían que no podían fiarse de nadie y por eso espías podía llegar haber.  Entraban sin nada a las casas y sacaban a todos las personas a la calle a empujones. No teníamos porque sufrir esa humillación. España no tenía porque pasar por esta miseria. Pero los dictadores son así.

Muchos murieron aquel día por unas palabras brutales. Y cuando se aproximaban a nuestra casa, mi madre me abrazo fuerte a mi y mi hermanita. -

Entre tiros, gritos de horror. El hombre alto apareció como a escondidas por atrás de la casa y armado hasta los dientes me miro,  y miro a mi madre.

Mi abuelo en ese interin hace una pausa, respira hondo, mira el cielo y sigue con ademán de silenció. 

 - Nos saco por el lado de atrás de la casa, en cuanto los soldados interrogaban a otras personas. Entre tanto barullo nadie debía darse cuenta. Nos condujo a otra casa aledaña. La cual mantenía un sótano bien cubierto en un establo de mucho pajar. Nos hizo entrar y cerró bien las puertas. Antes de irse me observo fijamente con sus ojos celestes y un guiño de: todo va a estar bien pequeño, cuida a tu madre y tu hermanita. Y las compuertas se cerraron. Se siguieron escuchando gritos y más alaridos. Los animales de campo corriendo sin cesar. Luego un sin fin de disparos. Aparentemente habían llegado los republicanos o tal vez aquel hombre osado estaba solo enfrentando a esos demonios de franco. Era más y más la balacera. Durante horas mantuvimos la calma encerrados en aquel oscuro lugar. Mi madre llorando, nos mantenía abrazados fuertemente. De repente se abrieron las compuertas del establo y se escuchaban pasos iban y venían. Uno ojos miraban fijo las compuertas de aquel agujero. Sentía como miraba como queriendo encontrar algo mas. Jamás sufrí tanto miedo como aquel momento me decía mi abuelo. Pensaba ojala tuviera otra oportunidad de vida. Ojala pudiera volver a correr por los campos y sentir por mi cara ese palpito de tocar las plantas. Porque habíamos llegado a esto?. Hombres del dictador iban y venían. Listo grito uno. Aquí no hay nada. Las puertas se cerraron de aquel establo. Y solo quedo la oscuridad. Mi madre, seguía impetuosa abrazándonos. Con susurros de mantengan la calma, todo esta por pasar. –

Los sublevados tomaron dirección hacía el norte. Pasamos toda la noche en vela. No podíamos dormir. El miedo nos mantenía en vilo y sin decir una sola palabra. Las Cebolla y el pan ya no eran precisos. Ni si quiera el hambre nos acechaba.

Cuando amaneció. No había valor para salir de aquel lugar. Las puertas nuevamente se abrieron. Nos desesperamos. Otra vez la pesadilla volvía.

-          Hay alguien!!.  Dice una voz

Era la voz de Paco, el vecino. Nos dimos cuenta que todo estaba bien.

-          Aquí paco, gritaba mi madre. Aquí.

Con ayuda de otros compañeros, nos sacaron de ese lugar tan lúgubre que había sido nuestro refugio de la muerte

La luz se hacía mas intensa, corrí hasta las afueras del establo. Todavía se sentía el olor a muerte. Casas incendiadas, personas colgadas. No mires gritaba mi madre, pero yo quería ver. Necesitaba saber si aquel hombre que nos salvo, no estaba entre los caídos. Necesitaba saber solo eso.  Mi madre luego de hablar con paco y otros vecinos. Contó que el hombre tubo un intercambió de disparos y salió a caballo a fin de distraer a la muchedumbre. Cada galope era un paso más hacía las afueras. Fueron a su búsqueda sin esperar. A puros disparos de metralleta. Otro grupo quedo posteados en el pueblo, manteniendo ordenes de seguir con los interrogatorios. Se llevaron a muchos.. Así son los fascistas, con su mano dura. Así resulta ser la vida cuando un hombre tiene poder. Ese acto de heroísmo logro llevar a los sublevados al norte. Los demás siguieron ordenes de continuar viaje al sur.

-          Era un republicano, contaba un viejo de barbas blancas y gastadas. Vinieron por él y otros.

Y ahora. Hoy. El presente. Mi abuelo me mira.

-          Me entiendes Leandro ?.Consumido por él tiempo. En un momento, ese hombre me dio una oportunidad. Por eso tenemos que vivir tan bien nuestra vida y disfrutar cada momento. Ese hombre como se describía parecía un personaje de por quien doblan las campanas, El valeroso Robert Jordan, pensé. El cual se había basado Ernest en el General Duran. Tal vez era esa persona la que salvo a mi abuelo, su hermana y madre. –

No se quizás imagino un campo, donde Robert corra desesperado tras los soldados infames que lo asechan como perros tras un conejo. No se pienso!, que el valor esta no en enfrentarse solo a un grupo de guerreros, sino solamente en salvar las vidas que se puedan. No sé a lo mejor el valor es la manera de enfrentar una situación límite con el miedo arriba nuestro como carga. No sé.

No obstante ese hombre al que llamo Robert creía que salvar aunque sea un puñado de civiles indefensos arriesgando su propio pellejo era la mejor opción, para quien ya ha luchado mucho. Esos héroes anónimos son los que quedan en el corazón y nos dan un poco mas de esperanza para salir adelante. –

 Y retoma el viejo

-           Es así pequeño Leandro, cuando pienses que esta todo listo,  y estés entre la línea divisoria que marca ambos mundos, veras que sentirás la necesidad de otra oportunidad, porque la hora no ha llegado. La hora no llega hasta que llega. No creíamos que podía pasar y pasó.  Y siempre querido Leandro tenemos algo porque luchar.  Este hombre de carácter pétreo, me dio una nueva oportunidad para batallar nuevamente. Tome en su mirada y sus ojos la de un amigo. Y sabes un amigo no se encuentra todos los días. Una pena que no cruzamos palabra. Pero no hacía falta alguna. Los amigos pueden serlo con una sola mirada y un gesto que a uno lo puede salvar. Al otro día el pueblo comenzó su éxodo y nos embarcamos a America. La argentina. Una nueva casa. Una nueva oportunidad para luchar.

No se porque, se me vino ese recuerdo de Antares de mi abuelo, la cuestión es que esa charla de abuelo a ñieto se produjo, en una situación en la que me hacía demasiadas preguntas y pensaba como un español esta en un país de Sudamérica, porque no estar en tu patria?

Mi abuelo jamás se olvido de España, y de aquel Robert Jordan que les salvo la vida y del cual jamás volvió a saber. Solo que para una persona como él, la amistad era algo insuperable. Y decía

-          Leandro hay que aprovechar los momentos con nuestros seres queridos, nunca sabemos cuando una fuerza mayor, la muerte misma no pueda arrebatar esas alegrías que vivimos con ellos. Existir, crecer, amar. No pierdas estas palabras nunca. -

Pasaron muchos años de aquella crónica. Mi abuelo era así.  Le gustaba narrar historias de vida y dar alguna que otra lección.

Porque para eso sirven las anécdotas de un sabio para dar lecciones. Para que el mundo sepa y no cometamos errores, los mismos que esta humanidad ha venido consumando. Son Historias nomás

Esas que a uno lo nutren para toda la vida.

Mi viaje se termina y ya nos bajamos del colectivo. Callao y Corrientes. Dos avenidas porteñas.
                                        Diego Leandro Couselo

sábado, 24 de septiembre de 2016

la manera de ver


Ser  amable es solo cuestión de cortesía. Nadie rechaza la idea de ayudar al prójimo. Nadie puede ser indiferente a la sociedad. A quien no tiene la manera de sustentar su pasos ante la invidencia de no poder recibir la manera de ver a su alrededor. Los ciegos tienen ese problema. No pueden ver. Pero es verdad esa conjetura de alguien que afortunadamente tiene la posibilidad de recibir los colores del día?.

Repito uno debe ser ciudadano, y ayudar a quienes nos precisan en el momento adecuado. Como un hombre anciano que solo quiere cruzar una avenida con su bastón de color blanco tambaleando en forma de péndulo de un lado hacia el otro. Espera en la avenida, parado en un cordón de la calle. Supone que no puede cruzar. Solo supone. No puede ver, mientras van a vienen carros.

El espera los minutos adecuados

-          Lo ayudo a cruzar señor ¿

-          Por favor. Se me complica un poco. Usted sabe mi condición?

Tomar del brazo al invidente y esperar un poco.

-          Noto que es usted. Ambidiestro ?

No tenía nada de ciego este señor  por lo que parecía.

-          Es verdad?. Como se dio cuenta ¿

-          Me toma el brazo derecho con la mano izquierda.

-          Usted sabe? La mano izquierda determina mucho de nuestra persona. Nos define como somos. Nuestro intelecto. Esa capacidad cognitiva.

-          La verdad no lo sabía. Utilizo ambas manos, aunque para diferentes actividades.

-          Lo sé!. Un ciego puede definir más de lo que se cree.

 

Inmediatamente cruzamos el primer tramo de la avenida 9 de julio.  Íbamos a paso lento y mientras nos invitamos a la charla.

-          Sabe para ser ciego lo noto que tiene una capacidad muy amplia de percibir.

-           Es que no estoy ciego. Literalmente. Yo puedo ver más de lo que usted cree.

-          Mmm. En qué sentido

-          En muchos sentidos. Usted y cada persona a nuestro alrededor observa el mundo con ojos propios. De manera individual nota cada objeto y envía un aviso al cerebro de su actividad realizada. Y con ojos, intenta hablar, sentir y amar.

-          Si pero, no solo con ojos. Tenemos otras capacidades.

-          Si. Pero no las usan. Yo nací ciego. Jamás supe lo que es un color, un objeto movible, el cielo o las estrellas. Pero aprendí a sentir. A tocar. Escuchar. Y concluir con estas herramientas lo maravilloso de las personas, de las cosas, de la vida en sí..

Habíamos terminado de cruzar los tramos.

-          Entiendo, a lo mejor usted identifica a su forma el mundo. Algo que nosotros no podemos sino con los ojos. Por cierto llegamos a destino. Precisa de ir a algún lugar determinado?

-          Joven gracias, si puede acompañarme unas dos cuadras derecho hasta una confitería cerca de aquí. Ahí me espera mi esposa que tanta paciencia me ha tenido en estos años de mi vida. Si la viera mujer de 80 años paciente como un árbol viejo… me decía que ustedes ven con los ojos ¿?. Grabe error sabe?. No es cuestión de ver con nuestros ojos sino con nuestra alma. Déjeme que toque su rostro.

Inmediatamente el ciego anciano poso su mano sobre mi cara.

-          Veo que es usted un joven muy solitario. Porque será?

-          En serio me dice esto ¿?. No se tal vez nascí así?

-          Señor. La soledad es solo un miedo más que nos imponemos al cual se puede aventajar con decisión. Usted está más ciego yo!.. Si yo hubiera dependido de poder ver no estaría aquí ahora y ni hubiera llegado a donde estoy.

-          Y como pudo determinar esto ¿.

-          Lo mismo que su mano izquierda. Sus ojos. Nosotros por increíble que parezca podemos ver a través de los ojos de otros. fallar  todo lo que a nuestro alrededor existe. Y noto que usted es una buena persona, pero no abre su corazón que tanto tiene para dar.

(Ya casi estábamos llegando a donde una mujer anciana bajita esperaba)

No puedo ver. Lo que yo quiero, pero puedo ver lo que usted quiere. Y usted quiere romper ese esquema que no lo deja salir de este laberinto de soledad.  

-          Puede que tenga razón señor y pero porque?

-          Mire solo puedo decirle que es una buena persona.  Y en este mundo escasean las buenas personas. Y todos somos ciegos que no podemos ver.  No por nosotros mismos sino por los demás. Y lo peor de este mundo no es, no poder ver por uno mismo, sino que nadie quiera verte. Y eso es lo que está pasando. Y usted es una buena persona que quiere ver.

Ya casi estamos no?

-          Si, justo ahí está su mujer.

-          Joven le agradezco mucho la atención y a escuchar, palpar, sentir y por alguna forma ver a este ciego.

-          No gracias a usted por verme y por ayudarme a dar un paso pequeño para ver.

Se separaron ambos observándose como quien quiere ver más allá…

                                                                                                                                  Diego Leandro Couselo  
Todos tuvimos o tenemos una flor a la que quisimos o queremos cuidar. Hay infinidad de flores en este mundo y todas tienen sus características. Su belleza por así decirlo. Y habrá muchas flores más a las que querer, y cuidar. Pero no cabe la menor duda que en ese jardín de la vida siempre va a existir aquella a la que con tanto impetu no propusimos regar. A la que otorgamos nuestros deseos para que sea fuerte y rogamos al cielo para que nadie nunca pudiese lastimar. No sabemos porque? decimos estas palabras tal vez porque tuvimos una flor y ella ya no está.


                                                            Diego L. couselo

el ser diferente





Es de lo mas antipatico, es difícil, terrible, e insoportable. Agota al mundo y de ser posible a veces, que digo a veces, siempre arruina buenos momentos. Le cuesta ser normal, le cuesta ser querido porque es complicado ser antipatico, difícil, terrible e insoportable. A veces quiere verse reflejado en afecto y con todas sus fuerzas lucha para encajar en el engranaje de está vida de él, la tuya y todos. Por así decirlo recibir algo de paz. Ese sentimiento de ser amado. Nadie quizás sepa pero un antipatico, difícil, terrible e insoportable necesita de amor. Como todos. Y es noble de su parte vestirse de su armadura mas lujosa y empeñar su osada valentia para luchar contra si mismo por un poco de amor
                           Diego Leandro Couselo

sábado, 17 de septiembre de 2016

INTRUCCIONES PARA SENTARSE EN LA MESA Y COMER COMO CORRESPONDE Y OTROS TEMAS


 

Luego de muchas misivas, mensajes, y llamados de gente que se encuentra incomoda ya que cuando se sienta a comer es un total mamarracho, Hemos recopilado una serie de instrucciones eficaces para no pasar papelones en la mesa, delante de los interlocutores que a su alrededor observan ese circo digestivo que Usted señor no da cuenta convirtiéndose en un total ridículo para la sociedad. A decir verdad esto puede llevarlo a Usted siendo un total cavernicola, a convertirse en un paria para toda la gente. Pero dejemos de lado la agresiones y pasemos al catalogo de instrucciones recopilada por la Organizaciones mundial de bestias alimenticias:
I) Usted propiamente dicho debe sentarse en una silla alrededor de la mesa. Extraño? No señor! Es lo normal no va a comer parado?. Bueno muchos hominidus ignoradus hacen de este un deporte, porque el comer rápido lo lleva inmediatamente a ver televisión o evitar charlas o tengo que salir con lo pibe!. Déjese de joder incorpórese como corresponde.
II) Nunca en el centro de la mesa debe sentarse. Ese lugar corresponde al Pater familias o sea su padre o el macho alfa de la manada si le gusta mas. Si estas en el trabajo corresponde a tu jefe. Solo si se forma una familia puede optar por este privilegio.
III) La servilleta puesta en el cuello?. Perdón pero es de mersa!!.. la servilleta va al lado del plato o debajo de él. No sea bestia
IV) Cuando usted va a la mesa se dice buen provecho como fetiche religioso para un buen almuerzo, cena a favor de la plebe que observa. 
V) Nunca beba antes de que todos estén sentados y listos a levantar sus copas este es otro fetiche a fin de pedir un deseo. No sea bruto y se desespere por la cerveza o el vino espere a sus compatriotas y alcen sus copas!
VI) Por el amor de dios no ponga los codos en la mesa ni los apoye. Que tiene alguna discapacidad? Ponga el cuerpo erecto y por favor lleve la comida a la boca no la boca a la comida. Se ha comprobado que quienes comen spaghetti cuando absorben el hilo de la pasta son dirigidos con una fuerza centrifuga hacia el plato haciendo ruidito de absorción!. Un cachivache!!
VII) Evite hablar con la boca llena. Algunos gorilas suelen enviar el quimo o bolo alimenticio al costado de una mejilla entonces ocurre que tiene una pelota. Mientras el otro hemisferio abre la boca para decir lo que sera una asquerosidad.
VIII) Mucho cuidados con los repentinos gases estomacales, ni hablar de los intestinales. He visto familias destruidas y amistades, noviazgos y demás devastados por una fuga repentina. 
IX) Ojo cuando se toma de mas terminan en discusiones. Usted balbuceando algunas palabras, o peor porque la bebida lleva a muchos estados entre ellos el valiente, el llorón por la dama perdida al son de porque me dejo, el boludo melancólico abrazado diciendo los quiero chicos que no se corte el famoso préstame el baño no me siento bien.
X) Trate de moderar la charla algunos transforman la comida en un debate político y terminan todos gritándose a un metro de la mesa. Tampoco incluya temas que podrían impresionar a la gente como extraterrestres, terror. Y lo fundamental no aburra a la gente.

XI) Lo mas importante nunca, pero nunca critique la comida si es de su madre y mas de importante de su novia. Así sea un asco total usted deberá tragárselo porque por algo la eligió. Lo lamento hasta que la muerte los separe!. Ante ese empresito solo esgrima una sonrisa si las palabras quedaron atoradas por la trampa mortal de una mala comida. Y tenga siempre a escondidas una buscapina, sertal y crema de bismuto. Ante el peor desastre. – 
Ultimo punto y nos referiremos a la salida con las damas. Por empezar al entrar al restaurante, por empezar habrá usted la puerta y déjela pasar primero bestia animal!
Una vez sentado llame al mozo usted como todo un caballero. Trate de no silvar para llamarlo queda como cabeza que va a la cancha alentar a su equipo. La dama siempre elige primero y trate de no elegir un plato extraño. Siempre aparece quien quiere innovar e impresionar a la dama y mezcla un churrasco con una banana frita y cebolla para hacerse el pistola. Por dios! No sea pelotudo. La dama lo va a ver horrorizada y dudo que quiera volver a salir con usted y ni hablar de querer darle un beso. Evite todos los puntos anteriores y Buena Cena, almuerzo o lo que sea .-

Diego Leandro Couselo

domingo, 11 de septiembre de 2016

plegaria para un niño dormido


En los barrios y las calles. Un día volví. No era el mismo de ayer ni se sabe si seré el de mañana. Solo precisaba volver un día al lugar que me vió partir. Mé dijeron no te retrotraigas al pasado el presente vale.
Lo se. Lo supe siempre, pero tenía que volver a buscar recuerdos y respuestas. Había pasado mucho tiempo. Era una plegaria como había dicho el flaco alguna vez en aquellos años de los 70.
El mundo es mi chocolatín. A donde iré entonces ? sino a barrio que me vio nacer para ser uno mas de ese pasado.
A veces precisamos estas nostalgias para darnos impulso al que será nuestro futuro. Toque cada árbol, mire cada casa, recordé cada amigo y cada amor. olía los perfumes, veía las aguas de las alcantarillas y el verde de mi plaza, luego regrese por donde vine con un ademan de adiós para siempre. Tenía lo que buscaba. Mi plegaria estaba completa, y este pequeño ya se encontraba en condiciones de seguir su camino.
Solo este hombre puede apreciar  eso que experimento. En definitiva somos eso un experimento del destino. Un experimento de Dios.

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 ... ..............................................................Esta vez me siento gorrión para poder volar...........
  
 
                                                                                              Diego Leandro Couselo