Los superpoderes están en la palabra. Las palabras riman con otras palabras. Dán muerte y dán vida. Las palabras mudan el destino de cualquier receptor que sepa oir.
No hay otro sintoma del ser humano mejor que ella. Es el lenguaje del mundo sin dejar de lado el lenguaje del alma que viene desde adentro de uno mismo. Ambos son un dueto especial. Dán muerte y dán vida.
De forma oral o de manera escrita. De realidades, y de fantasias. Ella está a la espera de la consigna.
Y ese requisito abstracto y metafórico es el legado de bien y mal que alimentamos en cada día. La palabra (el poder de la muerte y la vida).
Diego Leandro Couselo
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