Aferrarse a ese síntoma de un ermitaño que siente la necesidad de explicar en tinta lo que no puede comunicarse con los labios.
Pero como comunicar una fracción de segundo que corre en línea recta, para que nuestras posteridades nós conozcan?. Eso lo dirán las hojas en blanco que han de ser llenadas de historia las cuales son parte del alma. -
En un futuro nos conocerán. Tomaran nuestras palabras. No habrá ermitaños. Y dirán aquellos: lo conozco desde ahora y desde siempre. Comprendo sus afectos, inquietudes, su dolor y su pasión, y hasta tuve una conversación pero jamás dió respuesta. El alma de papel no puede hablar, sino a través de palabras. No importa, igual lo conocí. -           
                                                              
                                       
                                                                Diego l. Couselo