El infecto

Inmundo bromista vicioso de lo maravilloso; de planteos inverosímiles al jugar algunas cartas a rivales crédulos y faltos de razón que solo creen en los ensalmos de dioses que ni conocen. Una cara burlona, y un adiós a la sensatez sacra del espíritu. Ahora es el hobbes del rousseau.
 -  No hay bondad sin maldad sabes?. No hay anarquía sin orden. Y el orden de las cosas se vuelve un desorden, sino se medita. Y ustedes locos corderos sistemáticos de la sociedad se manifiestan en pensar que sus buenos oficios los harán ganar un paraíso imaginario que un líder de carne y hueso les prometió desde una pantalla de colores del sol. Ilusos sin mente que no saben nada de nada.
 Los escupo en el nombre de mí copa gastada de vinos de sangre violeta venida de la vida podrida. Trabajo de un campesino esclavo de aquel patrón que desde la pantalla digita su tétrica alma como la de ustedes; pobres de capacidad cognitiva. Mí cuerpo cadavérico yace pintado para esconder las ulceras de las malas decisiones y solo me reta ante un mundo formado de barro pantanoso la dicha del caos o el destierro de mí a otra dimensión.

Diego leandro couselo