-
- a dónde vas con este clima? (Lee en las primeras hojas, como pregunta, un hombre abatido)
- por ahí lejos!. Lejos de está nieve, de este frio, de está gente, de este mundo!
- entiendo!. Muy lejos?
- lo suficiente. Tal así que los problemas solo sean una insignificante partícula en el aire
- y te parece bien?,( se preguntan las páginas). Te parece correcto que un problema quede atrás? Que un mundo quede atrás?
- No, pero ayuda a calmar la mente!
- calmarla?. Una mente no se calma, solo huye, según dicen mís páginas. Es lo que todo el mundo hace. Huir!. Ven el problema, y no lo enfrentan, y así se pasan la vida sin rumbo, alejándose.
- y que se puede hacer - (lee en un fragmento que cita: quédate, y que el tiempo haga lo suyo).
- Afrontarlo. Algo muy simple. Hacer frente a ese inconveniente, encararlo y decirle aquí estoy, aunque el miedo te invada, y demostrarle al resto lo que es ser un hombre!.
- no quiero demostrar nada a nadie!
- no!, pero alguien tiene que dar el primer paso para salir adelante. .
....cerró el libro en esa última hoja, y lo guardó en un bolso. Dejó que la pequeñas secuelas de aire congelado tocaran su rostro. Al caer, ellas, la ciudad sentía la impotencia que se adquiere cuando las soluciones son un objeto inalcanzable. Algo así como extender las manos para llegar a tocar el sol, y seguir intentando como lo han hecho aquellos que caminan solos buscando respuestas en libros. Quedándose, o yéndose, sin ser entendidos..
Diego leandro Couselo
No hay comentarios:
Publicar un comentario