Y la saga no termina y el hombre lleva años, y años bajo el calor de las dunas. Nada detiene su paso. Parar solo puede dar lugar a la muerte en una tierra sin camino. Sus pasos son la huella del tiempo. Y dicen los expertos que ese tiempo se mide por grano de arena que se deja atrás. El sol no da tregua en está tierra maldita de vapor donde dios se olvido de dar vida. No señores aquí no. Cada ser humano tiene por así decirlo su propio e inmaculado desierto y es ahí realmente donde puede procurar sus respuestas si es que las encuentra durante toda su vida terrenal. No tenemos tiempo, porque él es el veneno de los mortales o mejor dicho es un inmenso e infinito desierto
Diego leandro couselo
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