El reino de mi mundo

sábado, 7 de mayo de 2016

la decisión


Luego de quien sabe 500 o 700 años de amistad, se jugó la mejor carta. Era la hora justa, el momento justo, la partida justa. De antemano había determinado que dentro de aquel universo que ambos guardaban, algo debía mudar para seguir adelante su vida. Sus vidas, y bueno no quedó mas remedió y se lo declaró. Tal era la sorpresa que nuestra reina no esperaba y quedo por así decirlo totalmente descolocada, sin saber que formular en este juego. Sin saber que treta lúdica manifestar. Y no dijo nada. Pensó él luego de la reacción que a lo mejor debió guardarse el naipe por algunos 500 años mas, pero no es de buen participante archivar sentimientos. Y en un vació, con su expresión firme ella se quedo, fuera de contexto, sin nada que pudiera emitir de sus labios. Solo se reflejaba una mirada y nada más que eso.

Dicen los sabios entendidos en el tema que entre la mirada de una mujer y la palabra hay un abismo. Un limbo llamado silencio. Tal vez era lo mejor, no decir nada.

Diego Leandro Couselo  


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