El reino de mi mundo

lunes, 20 de febrero de 2017


Abra las ventanas para recibir el aire de la mañana.
No es pecado quedarse inmovil un momento para pensar que será de ústed. Una imagen que se asemeja a la de un restaurador sin gloria tratando de vencer batallas perdidas. Solo consigue con ello quedar en el olvido imperceptible. Y el dolor. Ese dolor que duerme en cada herida infringida por cada una de las mujeres que clavaron sus dagas, despierta con el recuerdo del amor perdido, el no correspondido, o el malogrado. No importa vale más el corte que el agravio de nunca saber lo que es lastimarse.
No señor no es pecado abrir las ventanas para recibir una vez más la mañana y comenzar un nuevo día tal vez una nueva batalla y con ello a lo mejor un misero empate en el duro arte de amar.

Diego leandro Couselo



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