El niño que no sabía expresar..
En épocas de tecnología, prisas, charlas y relaciones virtuales. Llegó tarde. No entendía el fin de ese aparatito que hace a las suertes de cerebro humano artificial. Que tiene un corazón metálico, y un conjunto de vibraciones se sistema nervioso que produce pensar, amar, y sufrir de manera electrónica. No entendía por qué? Sin tenemos esos dones de forma innata. Se los delegábamos a ese artefacto?. Es muy pequeño para tanto mundo. Prefirió en si experimentar alejarse: pensar, amar y sufrir por sí mismo, pero no sabía como ? Es un niño. Un aprendiz. Pregunto y pregunto a cada ser gris. Nadie tenía respuesta. Como usar esos dones ?. Por suerte el destino antepuso algún modelo viejo de otra era. Un anciano que le expreso con cordialidad de maestro: tengo algo que te va ayudar!. Tengo la fuente que há hecho crecer al mundo y con ello a nosotros mismos. Ese meditar, amar y sufrir solo aquí han de vivirse. El niño abrió la primera página: ....el mundo no es lo que parece ...y pensó...página treinta...y ella cayó su llanto con el dedo índice tocando sus labios ..el amor ocurrió. Página cien .. y ante todo un día tuvieron que separarse para siempre...sus lagrimas cayeron y sintió el frio dolor del sufrimiento.
El niño sorprendido al ver nuevamente al anciano. Este meneando la cabeza y asintiendo con cierta verdad le manifestó al aprendiz: con tan poco experimentaste un tesoro que hoy en día perdimos por tontos, y cómodos.
Afortunado quienes puedan vibrar por si mismos. Ambos se dispusieron a vivir una nueva aventura. Solo aquí es que expresamos nuestros sentimientos. Solo aquí soñamos. Y si podemos amamos.
Diego leandro couselo
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